Lore & Chronicles


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El cuento del Felix el Frippo - Asamblea de Narración de Cuentos Atysmas en Jena Año 2600 (2018-12-28)

Hay muchos cuentos de Atysmas sobre Yubos y Gingos e incluso sobre el Kinitch, pero esta noche os contaré un cuento sobre un pequeño Frippo que casi arruina Atysmas.

Hace muchos, muchos años, Félix el Frippo estaba retozando por el bosque. A veces se detenía a pastar en las flores silvestres, pero la mayoría de las veces se limitaba a ir de un lugar a otro. Estaba en medio de una atada cuando algo le golpeó la cabeza.

*bonk*

"¡Ay!" Félix levantó la vista y vio un gran árbol que brillaba con luces y adornos, grandes adornos, como el que acababa de golpearse la cabeza.

Bueno, eso fue un ataque, y él sabía qué hacer, así que usó su talento especial y chupó toda la savia del árbol.

Al hacerlo, se hizo más pequeño, y los adornos se hicieron más pequeños y luego se apagaron las luces.

"¡Ah! Demasiado para eso", dijo Félix. "Pero si hay uno, por lo general hay otros, y debo asegurarme de que no puedan dañar a mis hermanos y hermanas."

Así que Félix recorrió el bosque y dondequiera que veía uno de los peligrosos árboles mágicos, lo drenaba de savia y se oscurecía.

Cuando pasaba por Avalae de camino a su casa, oyó a los homins hablar de los árboles y decir: "Al menos los árboles de las otras tres tierras están todavía encendidos. Los Atysmas aún vendrán."

¡Había árboles en otras tierras! También deben ser drenados. Félix sabía que debía ser su deber. Cualquiera que fuera este "Atysmas", los árboles eran un peligro para los Frippos en todas partes.

Así que Félix viajó a través de la Fuente Oculta al Desierto Ardiente y a Thesos y Pyr y luego a través del Salida a los Witherings, y a las Ciudades de la Intuición, y cruzó la Trinchera de las Pruebas y se escabulló a través de las Playas de Recompensa a las tierras de Aeden Acuoso.

Dondequiera que iba, drenaba y oscurecía los árboles de Atysmas mientras viajaba. Fue el día antes de Atysmas cuando llegó a Fairhaven.

Ahora es un hecho poco conocido que el día antes de Atysmas, por la noche, las bestias y los homins pueden hablar entre sí.

Así fue como Félix estaba drenando el árbol de Atysmas frente a Fairhaven, un pequeño niño Tryker pelirrojo llamado Ba'Hoolie Sindie se acercó y dijo: "¡Deja eso! ¡Estás arruinando Atysmas!" Félix se detuvo y la miró sorprendido.

"Un árbol como este me atacó y estoy evitando que ataquen a otros Frippos", dijo Félix. "¿Qué es Atysmas?", preguntó, porque nunca había oído hablar de él.

"Atysmas es el momento en que todos se hacen regalos y el Padre Atysmas recorre el cielo y da regalos a todos! Sólo ocurre una vez cada cinco años, y es un tiempo de alegría y paz".

"Un árbol de Atysmas nunca te habría atacado. Debes haberte topado con él con tus límites. Así, ¿ves?" Golpeó un adorno en el árbol con su puño pequeño y se fue: *bonk* con el mismo sonido que Félix había oído en el bosque.

Félix pensó y pensó y pensó y se dio cuenta de que podía haber cometido un error. "¿Estoy arruinando Atysmas?", preguntó.

Sindie dijo: "Oy, porque si los árboles de Atysmas no están encendidos, entonces el Padre Atysmas no puede encontrar nuestras aldeas para dejar los regalos, y esta noche es la noche en que se supone que él vendrá!"

Félix estaba muy triste porque ahora se dio cuenta de que en su prisa por proteger a su gente de un peligro que realmente no existía, había hecho algo muy malo por los homins.

Había dejado de drenar el árbol, pero cuando intentó devolver la savia no pasó nada. "¿Qué puedo hacer? No puedo volver a poner la savia en los árboles".

"No lo sé, dijo Sindie, pero apuesto a que el Sr. Nieve puede ayudar. Está un poco lejos, en Lakenisle. ¡Síganme!" Félix la siguió y nadaron hasta Lakenisle y encontraron al Sr. Nieve parado junto a un horno.

"¡Ho, ho!" dijo el Sr. Nieve. Necesitamos una magia especial para resolver este problema. ¡Haré una galleta especial!

Pero, Sr. Nieve, sus galletas sólo sirven para hacer gente de nieve nueva", dijo Sindie.

¿Crees que le doy todas mis recetas a los homins? Tengo muchos de ellos! Veamos, un poco de esto, una cucharada de azúcar, un chorrito de especias, tostarlo en el horno, y ahí está, prácticamente perfecto en todo sentido.

Pequeño Frippo, come esta galleta y por el resto de la noche podrás introducir savia en las cosas con la misma facilidad con la que normalmente escurres savia.

Pero Sr. Nieve, ¿cómo podremos hacer eso antes de que llegue el Padre Atysmas?

Yo te daré estos pactos y tú llevarás el Frippo a todos los pueblos de las Nuevas Tierras, para que él pueda hacerlo rápido. Empieza en Fairhaven, y te he dado un pacto extra por esa ciudad para que puedas volver a casa".

Así que Félix se comió la galleta y Sindie recogió a Félix y primero fueron a Fairhaven donde Félix llenó el árbol de Atysmas y brilló tanto que hubo flujos de luz en las ramas además de las luces regulares.
Luego fueron a las Ciudades de la Intuición, a Thesos, a Dyron y a Pyr, y a las ciudades y pueblos de los Jardines Majestuosos, y en cada lugar Félix rellenó los árboles que había drenado y les dio un poco más.

Finalmente, en Avalae, Sindie dejó a Félix y dijo: "Adiós, señor Félix. Hiciste que todo mejorara de nuevo, ¡así que este es un verdadero Félix Atysmas!"

Entonces Félix dijo: "Sindie Ba'Hoolie, me has mostrado el verdadero significado de Atysmas." Luego cada uno fue a su propia casa, y el Padre Atysmas entregó regalos no sólo a los homins de las Nuevas Tierras, sino también a todos los Frippos del bosque.

Y desde ese día hasta hoy, los árboles de Atysmas tienen espirales de savia extra que corren alrededor de sus ramas.

Editado 4 veces | Última edición por Margote (4 años hace)

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Historia contada por Kyriann - Asamblea de Narración de Cuentos Atysmas en Jena Año 2600 (2018-12-28)

El Dragón Negro - Ba Nhor Drakan
Un cuento Tryker


Había una vez un pequeño Tryker llamdao Naroy. Me dirás que pequeño y Tryker es un pleonasmo !pero en absoluto! Naroy realmente parecía muy pequeño, primero porque no era muy viejo, segundo porque no tenía mucho apetito, aunque su madre llenaba sus bolsillos con pan de jengibre y fruta y por ultimo, pero no por ello menos importante, porque a su aleredor sólo había niños grandes y turbulentos de Fyros.
Porque Naroy vivía en Pyr con su madre y él en Pyr porque su madre era Fyros. Una hermosa y alta con pelo de fuego y un mechón largo y rebelde, en pocas palabaras un verdadera Fyros.
Nuestro Naroy, era muy pequeño, con brazos y piernas que parecían alfileres, bueno, tenía el perlo …… verde. Pero tan oscuro que parecía casi negro.
Y por eso Naroy era el hazmerreír de su compañeros de juego. Incluso con esfuerzos superhomiano, nunca fue capaz de igualarlos en la carrera o en la lucha. Siempre terminaba acostado sobre la corteza, el pelo osciro se opacaba bajo el serrín y se volvía aún más verde.
Au vida no siempre fui facíl, pero Naroy era un homin valiente y alegre. Se sacudía el serrín y sin quejarse, volvío a casa donde recibía su recompensa: su madre le contaba historias de Fyrak y él se quedaba dormido tocando el pelo rojo de su madre, de color Fyrak.
“¡Hola enano! Muéstranos un poco de lo que puedes hacer! ¡Ven y lucha!”
Naroy es muy consciente de que tiene nigunga opurtunidad contra la montaña de músculos que acaba de poner en marcha este desafío.
“¡No! ¡Eres un perdedor que sólo golpea a los más pequeños que tú! Ecuentra algunos desafíos a tu nivel, ¡ve a buscar a Fyrak!”
“¿Fyrak? Eres un inútil, no hables de lo que no sabes.”
“Sí, soy un Tryker y pequeño, pero coy valiente! ¡Lo haré, iré a Fyrak!”
“¡Ahahah! Asi es, enano, tráenos al Dragon y puedes empezar a llamarte a tu mismo nuestro igual.”
“Está bien, te demostraré que un Tryker vale más que cien Fyros.”
Naroy corre a casa y recoge su mochila. La rellena con pan de jengibre, toma su bastón de entrenamiento y se va cunado se encunetra con su madre de camino a casa.
“¡Oh, mi amor, aquí estás! ¿Que haces con esa mochila grande? Bájalo rápido, cenaramos pronto, puedes ayudarme a prepararlo.
“Pero mamá...”
Aunque Naroy se siente capaz de enfrentarse a Fyrak, prefiere detenerse ante el ceño fruncido de su madre...para que, de vez en cuando, incluso los héroes más locos tengan un poco de sentido común. Fin temporal de la expedición para llegar a Fyrak.
“Mamá, todo está en orden, ¿puedo unirme a mis amigos?”
“¡Por supuesto, mi amor! Dame un beso rápido y vete, pero ya es tarde, no te quedes mucho tiempo.”
Naroy decide dejar la mochila, pero se llena los bolsillos con pan de jengibre antes de huir a los callejones de Pyr, hacia la entrada principal. No importa cuanto duro corra, ostensiblemente ve còmo se desvanece la luz. El cielo ha cambiado a su hermoso color naranja cuando llega frente a los guardias.
”¡Oh,oh,oh.oh! ¿A quién tenemos aquí?”
“Soy yo, Naroy.”
La mirada de guardia parece venir de muy arriba.
“¿Y qué haces en la puerta a estas horas, Naroy?”
Naroy muestra du bastón.
“¡Conseguiré a Fyrak y demonstraré que valgo cien Fyros!”
Tal es la risa de los guardias que s líder femenina viene a ver lo que está sucediendo.
“¿Qué está pasando aquí?”
“¡Jajajajajajajaja!” “¡Es este pequeño enano que quiere ir a acariciar las costillas de Artillero con su bastón!”
El jefa, que es un gran amiga de la madre de naroy, lo reconoce y le sonrié amablemente.
“Estoy seguro de que eres lo suficientemente valiente para eso, Naroy, pero es tarde y tu madre se preocupará. Me quedaré con tu bastón y te lo devolveré mañana para que vuelvas a salir en busca de Fyrak. Mentiras tanto, vete a casa.”
Y con una mano ágil, recupera el bastón y vuelve a Naroy hacia la ciudad.
Naroy se va con tristeza pero, a pesar de todo, noadmite la derrota y a medida que sus pasos lo llevan de vuelta a la ciudad, busca alguna artimaña que le permita volver a salir, a pesar de todo. La noche que cae será su aliado.
Cerca de la Fragua, encuentra algo de carbón, lo que le permite ennegrecerse la manos y la cara. Pequeño como es, pasa a través de la oscuridad sin ser visto y se dirige a la Puerta Norte. Los guardias no ven lo pequeña sombra coronada de pelo verde oscuro que se desliza entre la pared y las luces de la puerta y luego desaparece hacia los establos, sin hacer ruido.
Salió, ¡sí! Pero la noche está aquí y no puede ver nada.
Sigue adelante al azar y temina tropezando y cayendo al suelo.
La desesperación está a punto de abrumarlo, pero se da cuenta de que lo que le hizo caer es un extraño yubo con un sombrero rojo.
“Oh, disculpa, pequeño yubo, espero no haberte hecho daño. ¿Quieres un poco de pan de jengibre para que me perdones?”
El yubo se acerca, mordisquea el pan de jengibre y se acuesta a los pies de Naroy.
“Si pudieras hablar…. Con un sombrero así en la cabeza, estoy seguro de que sabes dónde puedo encontrar a Fyrak.”
“¡Oh, no. No sé nada de Fyrak, soy un yubo de Atysmas!”
Naroy está tand sorprendido que su mandíbula está a punto de caer.
“¿Pero por qué estás buscando a Fyrak?”
Naroy explica y el yubo Atysmas se sumerge en un pensamiento intenso.
“Si traigo un dragón aquí, ¿puedes darle un poco de ese buen pan de jengibre también?”
“Oh, ¿podrías hace eso? Por supuesto, les daé a los dos mi pan de jengibre!”
Naroy salta sobre el yubo para abrazarlo.
“¡Cuidado con me sombrero! ¡Cuidado con me sombrero! Quédate aquí y no trates de seguirme, podrías asustarlo”.
“¡Te prometo que no me moveré!”
El yubo corre hacia las caballerizas donde encuentra a su cómplice, el mektoub Atysmas, con los cuernos atados a la cabeza.
“Touby, amigo mío, tienes que ayudarme y como recompensa los dos recibiremos un buen pan de jengibre.”
“Ummm, estoy interesado. Dime qué hacer.”
“Un pequeño homin cayó sombre mí, le gustaría ver a Fyrak. Por supuesto, no se trata de molestar el Gran Artillero, pero si te atas los cuernos a la espalda, te pones un tallo shoki en la cola y te cunbres con una graa sábana negar, estoy seguro de que, gracias a la noche, serás un dragón perfecto. Enviará fuegos artificiales con su baúl y eso es todo.”
Tan pronto como se dice, tan pronto come se hace, Touby se convierte en un dragón negro.
“¡Estás preciosa! Vamos a unirnos al pequeño homín. Cuando te acerques a él, te pasarás sobre tus patas traseras, ¡estarás enorme a su lado!”
Naroy ve el yubo regresando con el gran sombra negra siguiéndolo. Abre los ojos de par en pas cone asombro.
“¡Oh, es tan alto! ¿Pero por qué es negro? Pensé que Fyrak era tan rojo como el pelo de mi madre.”
“Sí, sí, pero Fyrak es rojo, rojo como la ira que destruye todo, como el fuego que haces estragos, no como el pelo de tu madre. Este es negro porque trae la dulzura de los sueños y las noches estrelladas. Es negro como tu pelo, dulce y valiente Tryker. Es negro para que los fuegos artificiales multicolores se vean mejor.”
Y Touby comienza a lanzar los fuegos artificiales, explosiones multicolores y ruidosas que traen a los establos a todos los niños de Pyr que bailan con alegría al ver el dragón y a Naroy a su lado.
BRAVO! BRAVO! VIVA NAROY! ¡LARGA VIDA AL DRAGÓN NEGRO!
Y Naroy regresa a casa, llevado triunfalmente por sus amigos.

Y cunado Li´l Tryker crezca, creará la Guardia del Dragón Negro, pero esa es otra historia.

Editado 5 veces | Última edición por Margote (6 años hace)

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Story told by Kyriann - Atysmas Storytelling Assembly in Jena Year 2596 (2017-12-26)

The torn mask

You know that we traditionally wear red and white clothes for Atysmas but do you know why?
This is a story as told to me in the Jungle.

Once upon a time there was a Kwai who had lost faith in the Kamis and had chosen to live among the Matis in the church of Jena. Nevertheless, he had remained very much loved, surrounded by friends from the four nations because he was also very kind, always ready to help his neighbour. His mask reflected his inner serenity, without any mark.
One day our kwai falls asleep, tired, at the corner of a fire in a secluded place in the city of Yrkanis. When he wakes up, he feels a little shaky, not as usual but without being able to say why. Returning to the center of Yrkanis, he senses on him the glances of the homins he meets. He feels it as fear or anger. His mask is pulling him more and more and he looks for a smooth enough surface to be able to examine it. Horror! He falls on his knees and tears flow on his mask, but without erasing the marks that zebra it from one end to the other, red and white scratches, marks of treachery and infamy. In vain, he tries to erase them and, covered with shame, he locks himself in his helmet refusing to remove it whatever the circumstances.
Here he is, wandering on the bark, miserable, locked up in his helmet, unable to feel the sweetness of the wind and the rays of the day star on his mask.
Between you and me, I think that the hardest was still not being able to drink beer in charming company at the bar but well, it is a story about Zorai not tryker.
But in spite of these marks, he remains a good homin and one day he sees himself questioned by a Zoraï at the entrance of the Kitin’s Lair in Almati. She lost a very precious pendant in there and needs help finding it and here they are, facing the dangers of the place side by side. After many fights, they arrive in a secluded and quiet room where changing lights create wonderful drawings on the walls. The show is striking and full of happiness, the pendant is there!
The joy of the Zorai warms the heart of the so sad kwai.
- Ari'kami Kito, you are such a good homin. But why don't you take off your helmet? Nu would like to be able to thank you and engrave your features in my memory.
- Shikyo-ne, kai'bini, don't ask me that.
- But why, the place is quiet and the lights are so beautiful. Please, show me your mask!
Without a word, the kwai tilts his head to remove his helmet and raises his eyes towards the homina. Tears of shame flow over the mask without a sound.
- Oh! The homina's eyes widen and her hand extends towards the mask until she touches the marks.
- Ne, I can't believe it, you are too kind to wear these marks. What happened?
He puts on his helmet and tells his story.
- But you must certainly not hide these marks! exclaims the homina. If you hide them, you're right about whoever did them. If you put them out in the open while remaining yourself, you resist the threat and are stronger than him. Believe me, you're not what those marks would mean.
The way back is calm and just before leaving the Zorai turns to our homin:
- Please, trust me, remove your helmet and walk proudly. I will follow you.
Galvanized by the words of the wise Zorai, the kwai removes the helmet and goes back to the others. The first encounters are difficult but the presence of Zorai reassures and the kindness of the kwai ends up triumphing over the last reticence.
Atysmas is here and the kwai multiplies the good deeds so much so that these red and white marks visible between all are greeted with joy and even hoped for.
For this reason, the homins who do not wear masks have become accustomed to wear red and white on their clothes for the period of Atysmas.

Editado 2 veces | Última edición por Lutrykin Storyteller (6 años hace)

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Story told by Kyriann - Atysmas Storytelling Assembly in Jena Year 2596 (2017-12-26)

The light of fire

Once upon a time there was a young tryker girl who was happy in her family. Rippie Be' Loppy, that was the name of our tryker girl, had peacefully grown up in the lakes but she had joined a family who believed that hominity was more important than sap or faction. As a result, in her family, she rubbed shoulders with all the saps and opened herself to the treasures of friendship. One day she danced with a zorai, the next day she trained with a matis... Life seemed to go smoothly as so much joy of living filled her house. The head of her house was a tryker too. Rippie loved her leader, whom she considered to be her elder sister. Sometimes she could see her close herself off since she had experienced terrible things, even before the Kitins ravaged the surface of Atys. In those moments, Rippie was always there to help her elder sister and they just had to find their other family members to shoo away the darkness with laughter and joy. Nothing seemed to affect them.

However, little by little, one after the other, the members of the house became rarer and then eventually disappeared because life is so made that nothing is immutable.
One day, Rippie and her elder sister were the only ones left. Rippie tried to keep the joy alive, but sometimes the heart was no longer there and without the laughter of others, it became more and more difficult to keep her sister’s demons away.
This fateful day arrived, when far from Rippie's friendship, the head of the house lost her temper. Harassed, feeling overtaken by her demons, the chief joined the blackest of the blacks, severing bridges with hominity and abandoning the reins of her house.
Rippie felt guilty that she hadn't been there and searched, in vain, for her elder sister for a long time without thinking about taking care of herself. She became a true savage and lost her habit of talking to homins.
Exhausted and inconsolable, Rippie returned to Avendale and made the terrible decision to leave her house, which reminded her too much of how happy they had been.
She wandered for a long time without stopping because in each place the flood of her memories threatened to overwhelm her until, one day, she came upon a crying child.

Once again, she had returned to the lakes, attracted by this sweetness that she aspired, in spite of everything, to regain. There she heard crying, tearful but restrained tears as if the crying homin was afraid to attract attention. She, who had cried so much, could not resist the sobbing and, approaching without making any noise, she discovered hidden in a grove of Bambú, a little girl dressed in rags and tatters. Fearing that she would run away, into one of the cloppers on the beach, Rippie jumped over and grabbed the girl to hug her. The little girl began by struggling with all her strength but, visibly exhausted, she quickly let herself go into Rippie's arms and sobbed more and more until finally she fell asleep.
Rippie stayed there for long hours, waiting for the little girl to wake up.
When she opened her eyes, Rippie smiled at her and opened her mouth to ask her name and what she was doing there, but she hadn't spoken for a long time and all that came out was a croaking noise that made the little girl laugh. Rippie could only squeeze this little body against her while they were both shaken by a tearful laughter. Rippie had found a reason to live.
Rippie and the little girl were going through Atys in all directions. Rippie spoke, taught, showed, the little girl listened, learned and trained. In the evening, they fell asleep under the vaulted sky and the roots of the canopy. If one had grief, the other was there to comfort her. If one was happy, the presence of the other strengthened that joy. The yubos followed them wherever they went. Even the cloppers were hesitant in front of such a good mood.

One Atysmas morning, feeling a presence, Rippie wakes up suddenly and sees in front of her an unknown homina. She looks around for the little one but cannot see her anywhere and she pales. The homina in front of her smiles gently and with a very soft voice tells her:
"Don't look for the little girl anymore, Rippie. You took her under your wing and taught her without asking anything in return. She has fulfilled her destiny. To reward you, I will offer you two things, first you will never forget these moments of happiness and will always be able to draw consolation for going forward, then I will teach you to light campfires in which the images of friendship will shine. Those for whom you will light them, will be appeased from their torments."
The homina rises and offers Rippie a lighter which seems to diffuse a soft glow.
"Take it, Rippie, and sow joy on Atys"
And the homina disappears.

Since then, Rippie has been travelling down the Atys paths. She knows every nook and cranny of it and reveal its beauty for all those who want to make a little way with her. At the end of the day, she lights the campfire and the homins who accompany her believe they hear a child's laughter and see a smile that warms their hearts in the flames.

And one day, one by one, her brothers and sisters will cross the campfires and return to the house…

Última edición por Lutrykin Storyteller (6 años hace)

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Historia contada por Naton - Asamblea de Narración de Cuentos Atysmas en Jena Año 2596 (2017-12-26)

El poder de la Goo
Un cuento karavanero


¡ Amigos, escuchen mi historia !

En este tiempo, los homins aún no estaban al tanto de los Kamis. Sin embargo, los Kamis existían y se observaban Atys, esperando su momento. Jena todavía era el Kami Supremo.

Así, uno de ellos estaba mirando a los homins. Se instalo discretamente en el centro de un pueblo fyros y había tomado la apariencia de un brocal de pozo. Cada mañana, una joven homina venia sacar un cubo de agua para preparar el primer almuerzo. Fue llamada Ulynarus, y el despertar la ponía de buen humor. Mientras tiraba de la cuerda fijada al cubo, cantaba canciones infantiles, sencillas, con una voz suave y cálida, que le turbó profundamente al kami. El estaba esperando este momento del día, con más y más impaciencia.

Una noche, un joven comerciante ambulante llegó a la aldea. Encantador y todo cubierto por el exotismo de su actividad, engaño fácilmente a la hermosa Ulynarus. Su canto matutino se hizo aún más profundo y feliz.

Durante tres días y tres noches, Ulynarus se quedo al lado de su príncipe, sorda a las advertencias de su séquito, viviendo en un momento de intensa felicidad. Cuando se fue, ella quería seguir con él, pero él, con una palabra asesina, le explicó que no la quería. Él amó la la soledad, y cambiar de homina en cada pueblo. La agradeció por los buenos momentos que pasé en su compañía, asegurándola que se guardaría un imperecedera memoria, se despidió, y se fue sin mirar atrás.

El entusiasmo de Ulynarus se murió. No más canciones en la mañana cuando iba a los pozos. Los amigos y la familia trataron de consolarla, y dijeron que el tiempo arreglara las cosas. Otro homin un día podía llegar a reemplazar este amor perdido. Todos en el pueblo era cierto, soló se tenia que esperar con paciencia.

Pero el kami no sabía nada de eso. Al final de un par de días sin cantar en la mañana, él trató desesperadamente de comprender lo que había sucedido. Escuchando las conversaciones, espiando a la guapa, más que nunca, finalmente comprendió.

Una mañana, el brocal del pozo desapareció. Volando a la velocidad del fuego empujado por el viento, el kami encuentro rápidamente a nuestro comerciante, responsable por el silencio de Ulynarus. Invocó su poder de muerte y lo tiró sobre el pobre homin. Comido desde el interior por la primera manifestación de la Goo, el seductor se volvió loco e incoherente y murió a los pocos días.

Enterándose de eso, Jena entró en un profundo enojo.

"¿Que es eso? Les dejo con grandes responsabilidades, las de cuidar de Atys, y les dí los medios para hacerlo ¿Y con eso, que hacen? En lugar de proteger, destruyen ¡No son dignos de este poder! "

Ella retiró el poder de la muerte a los kamis y lo tiré lejos, al fin de tratar de eso mas tarde. Quería desterrar este pequeño kami, pero él fomentó un revuelta, y tomó el poder. Jena tuvo luego pedir ayuda a la Karavan. Pero todo esto es otra historia.

Sepáis que así nació la Goo, la gran plaga de Atys, y Ma-Duk.

Y, para aquellos que se preguntan qué pasó para Ulynarus, ella se consolaba rápidamente, y tenía una vida feliz en su pueblo, casado con el homin venido para reconstruir el brocal del pozo. Su canto en la mañana resonó por décadas.

Amigos, así se acaba mi historia.

Última edición por Lutrykin Storyteller (6 años hace)

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Historia contada por Nehrie - Asamblea de Narración de Cuentos Atysmas en Jena Año 2586 (2015-12-20)

La primera Atysvidad en las Nuevas Tierras

Vi la luna alzarse sobre la cresta al Oeste. Parecía llenar todo el cielo. Muy grande. Muy diferente a como era en las Antiguas Tierras. Allí parecía como si la luna fuera pequeña, un orbe distante e inaccesible en el cielo. ¿Aquí? Bueno... Me recosté mirando a la luna que parecía casi inclinarse sobre mi. El sonido de la cascada en la ensenada aliviaba mi cansancio.

Era la primera vez que teníamos que parar durante un buen rato. Habíamos estado viajando desde que dejáramos las Antiguas Tierras. A cada lugar al que íbamos teníamos que lidiar con los Kitins. Nuestra supervivencia en costante duda. Echo de menos a los que se han ido. ¡La Que Da la Vida! Me siento culpable por todos y cada uno de los que han partido. Me forcé a alejarme de esos pensamientos. Ya pensaré en eso luego. Quizá no pase mucho tiempo hasta que pueda afrontar a mis fantasmas. Tal vez con un poco más de tiempo no dolerá tanto que mi familia se fuera…

Mientras tanto tuve que pensar qué hacer por los otros en el clan. Somos lo único que tenemos. Somos los únicos. Lo que queda de los homins.

Pensé en todas esas viejas tradiciones. La Atyvidad estaba cerca.

Cuando era niña planeábamos durante semanas las sorpresas para cada uno. !Qué hermoso sentimiento hacer algo para alguien más!

Volví la vista hacia Windermeer donde el clan descansaba. Me pregunté qué nos aguardaba nuestro futuro.

Entonces escuché un gran chapoteo detrás de mi en el lado oscuro de la playa. El agua salpicó sobre mi cabeza. De pronto, me ví rodeada de voces ruidosas, luces brillantes, gente aplaudiendo a mis espaldas. Pensé que era algo amistoso.

Mientras mis ojos se acostumbraban a la luz me di cuenta de que estaba rodeada de un grupo de Disidentes Karavan que nos habíamos encontrado la noche anterior. No pude evitar sentirme nerviosa, ¿Estaban realmente de nuestro lado? ¿Ivan a decidir matarnos? Un momento perfecto para un ataque. Justo después del ocaso en la primera noche que teníamos que descansar. Simplemente no estábamos preparados.

“¡Pensamos en vosotros en esta Atyvidad! Pensamos en vuestros hijos! ¡Hemos traido regalos! Sabemos que es algo pronto pero en Atysvidad tenemos que estar en casa con nuestros hijos! ¡Esperamos que no os moleste que traigamos regalos!

“¿¡Regalos!?” Repliqué pálida.

“¡Sí, ven! ¿Dónde están los demás? ¡Traemos regalos para todos!”

Traté de contener las lágrimas que quemaban mis ojos. Creo que con éxito.

Esta simple gesto amable después de todo lo que habíamos pasado era más de lo que esperaba. Había por supuesto regalos y comidas para todos. Finalmente tuve esperanza de que habíamos encontrado un hogar.

Editado 2 veces | Última edición por Lutrykin Storyteller (6 años hace)

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Canción de Meggy - Asamblea de Narración de Cuentos Atysmas en Jena Año 2586 (2015-12-20)

El Pequeño Yubo (Con la melodía de: La Pequeña Araña)

El Pequeño Yubo por el Árbol de Atysvidad subió...
Vino la nieve y el yubo se enfrió...
Vino el sol y el pelo del yubo calentó...
y el Pequeño Yubo subió y ronroneó.

Última edición por Lutrykin Storyteller (6 años hace)

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[color=#ffcc00]La Primera Atysvidad -- Contada por el Cuentacuentos Lutrykin[/color] - Asamblea de Narración de Cuentos Atysmas en Jena Año 2586 (2015-12-20)

Fue hace muchos años, ya que incluso los Lutrykin cuenta el tiempo.
No había Atysvidad todavía...
Ocurrió cuando era tiempo de invierno y el clime era muy gélido aquel año.
Una pequeña tribu de homins de todas las razas se juntó junto al fuego preguntándose cómo ivan a sobrevivir.
Tenían poco combustible, y menos comida. La caza era mala debido al frío y el Polvo era muy duro de excavar.
Un pequeño bebé Tryker comencó a llorar porque estaba muuuuy hambriento.
Uno de los pequeños Fyros le dio al bebe su último trozo de miel seca para que sus lloros no atrajesen a las bestias salvajes.
Un niño Zoraï comenzó a cantar una tonta canción sobre Yubos danzarines, y el bebé sonrió.
Un niño Matis se puso un saco sobre la cabeza y bailo al rededor, anunciando que tenía un nuevo sombrero.
El bebé estalló en carcajadas y agarró el sombrero. "¡Sombrero!" dijo ella.
Entonces los adultos se rieron y unieron al pequeño Zoraï a cantar tontas canciones.
Olvidaron el hambre por un momento y se relajaron.
Entonces se dieron cuenta de que había movimiento más allá del campamento y todos estaban preocupados.
Pero no eran bestias salvajes, ¡Era un círculo de yubos danzarines!
Allí donde los yubos bailaban el Polvo se reblandecía y buena comida salía a la superficie.
Y en un punto un gran árbol creció, tan rápido, que una conchas se quedaron pegadas a la ramas y brillaron con la luz de la luna.
Y tras esto, los homins se juntaron cada cierto tiempo para cantar y dar regalos y alabar a los yubos.
Y decorarán un árbol.
Por que Atys les rescató esa noche, nombraron al día después de Atys.

Y eso es todo lo que recuerdo

#9 Multilingüe 

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Poema contada por Rykal - Asamblea de Narración de Cuentos Atysmas en Jena Año 2586 (2015-12-20)

Atysvidad

Todos esperamos este nuevo día.
Todos reunidos para mantenernos calientes.
Miramos al cielo cubierto de estrellas.
Tras conseguir mantener el mal alejado.

Lo hemos empujado.
Hace unos pocos meses.
Ahora nos hemos juntado en este día.
Para dar y recibir regalos de manera alterna.

Buscamos ser calentados por el fuego.
Aquí donde el calor se convierte en bienvenido.

Por todo ello, sin olvidar,
Queridos amigos que no podéis venir a saludarnos,
Pero con los quien hemos compartido grandes momentos.
Les estoy agradecido por cada instante.

Editado 3 veces | Última edición por Lutrykin Storyteller (6 años hace)

#10 Multilingüe 

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Poema contada por Cliffarson - Asamblea de Narración de Cuentos Atysmas en Jena Año 2586 (2015-12-20)

Poema

Alegre Viejo Santo Nekothus
Pon tu pinza lejos
no mates a ningún alma
mientras huyo lejos

La Atysvidad está aquí ahora
El desierto ardiente frio
si muy lejos no me persiguiera
creo que envejecer pudiera.

Última edición por Maupas (6 años hace) | Razón: Title format

#11 Multilingüe 

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Poema contada por Nicholo - Asamblea de Narración de Cuentos Atysmas en Jena Año 2586 (2015-12-20)

12 Días de Atysividad - El Último Verso

El duodécimo día de Atysvidad
mi verdadero amor me envió:
12 Gubanis Tontos
11 Torbaks Ronroneantes
10 Zerx Saltarines
9 Varinxes Persecutores
8 Shalahs Peludos
7 Bandidos Muertos
6 Raguses Aullantes
5 Ocyxes Dorados
4 Igaras Aleteantes
3 Cutes Hórridos
2 Yubos Voladores
y Un Kincher en una fiesta matarife

#12 Multilingüe 

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Poema contada por Salazar - Asamblea de Narración de Cuentos Atysmas en Jena Año 2586 (2015-12-20)

UNA ODA A BODOKIN

Sus ojos, su corona ambarina;
Su piel como un trozo de las noches, salteado con estrellas;
Un rugido tan profundo como las cavernas de la gran raíz;
Aunque suave y cariñoso,
Como si cantase una canción de amor a nuestros esplendorosos verdes,
Una nana.
Estamos seguros, canta,
Por Jena que cuida día y noche por nosotros,
Y mientras canta
La corteza retumba bajo sus poderosos pies.

#13 Multilingüe 

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Canción por Krill - Asamblea de Narración de Cuentos Atysmas en Jena Año 2586 (2015-12-20)


Canción (Con el tono de la canción: Jolly Old Saint Nicholas)

Es la cerveza de Atysvidad,
Que tiene a todos los homins cantando,,
Desde Fairhaven a Avendale,
Desde el crepusculo hasta el amanecer.

Y cuando un barril está vacío,
Esta canción se puedo oir en la noche...
Mi Santa Ba'Naer,
Necesitamos más cerveza.

Sabes, somos Trykers de verdad,
No yubo, no bebemos agua.

De verdad, sabe bien,
Y se bebe bastante bien,
La cerveza que sirves por Atysvidad,
Podrías llamarla excepcional.

Pero lo estás forzando demasiado,
¡No se merece este precio!
Tendremos una última ronda,
Pero tendrás que pagar la siguiente.

Mi Santa Ba'Naer,
Necesitamos más cerveza.

Sabes, somos Trykers de verdad,
No yubo, no bebemos agua.

Última edición por Maupas (6 años hace) | Razón: Original FR text

#14 Multilingüe 

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Story told by Lutrykin - Atysmas Storytelling Assembly in Jena Year 2576 (2013-12-22)

The Gingo Who Ate the Sun

One Atysmas evening, a yubo was chasing after snowflakes when it heard someone weeping.
As it got closer it discovered a baby gingo.

The meek yubo was prepared to scamper off, but the baby was crying, crying...

Even if it was a gingo, and even if in other times they would have been enemies, it was Atysmas evening, and the yubo just couldn't stand seeing someone sad on such a day.

But it wasn't about to let itself be munched on either, so it formulated an idea.

It retraced its footsteps and retrieved some capryni horns it had seen laying on the forest floor.

The yubo tied them on its head with a slaveni liana, and hid the knots with a bit of red fiber that the wind had brought.
Then, in this disguise, it introduced itself to the gingo and said that it was the emissary of Atysmas.
"I've heard your sorrow on this evening when all should be smiling," it told the gingo.
"Tell me what is making you miserable!"

The gingo choked back its tears, surprised by the apparition.
It explained, "I've eaten the sun! Now there will be no more daylight!"
The gingo continued, "I was born in the first rays of dawn,
I played for the whole morning in the snow.
Then I found a big tree full of light.
I jumped and jumped to catch all the lights,
knocking all of them down,
and when the last one fell,
the night came..."

The yubo thought hard. It then had another idea.
It explained to the gingo that, by breaking the Atysmas lights, it had offended the Festival Kami.
But, in order to fix the affront, it had to do exactly what it was told to.
The gingo, delighted to get a chance redeem itself, promised to the Atysmas yubo to do everything it would be told.

Then the yubo led it through the forest, to the foot of the Rotoa, where the buzzing of a hive could be heard.
Since the Rotoa blooms even during winter, the bees were still busy making their sweet honey.
The yubo instructed, "Tell your story to the bees and convince them to give you honey in order to make the sun reappear!"
The gingo spoke so well and the bees enjoyed her story so much that they brought her a huge honeycomb.

"Don't lose it, we're now going to the desert," said the yubo.
They traveled to the flaming forest, where the Bothaya heat up the atmosphere.
The yubo told the gingo to spread the honey on one of the young sprouts,
over and over again. As the gingo completed her task, she became all sticky.
But on the sprout, because of the heat, the honey cooked and hardened.
Then, with a stroke of its teeth, the yubo cut the cane and took it.

Then they navigated to the lakes. There the yubo had the gingo collect many shells of all colors.

Then they trekked to the Jungle and the yubo had the gingo shake the caramelized honey stick. Soon fireflies arrived, attracted by the smell, many of them getting stuck in the gingo's tacky fur.

"Now, to the Atysmas tree!" the yubo cried.

Quickly, they returned to the forest.
The gingo jumped and jumped and jumped to hang up the shells she had gathered in the tree.
The fireflies enjoyed making them sparkle.
The baked honey cane released a sweet perfume.
The gingo looked at the new shining decorations.
The yubo smiled, very pleased with itself.

And then the sun started again to pulse.
They had been running all night through the lands to decorate the tree!

From that day on the yubos began wearing disguises during Atysmas and Atysmas canes became symbols of the celebration!

#15 Multilingüe 

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Poem by Sharleen - Atysmas Storytelling Assembly in Jena Year 2576 (2013-12-22)


Happy Atysmas

Take a look at how the sky is so red,
Those are the fairies who bake the bread.

They bake Atysmas bread uncommon,
a sweet delicacy for the small and large homin.

I wish from my heart to you a refrain
for many days with no worry or pain,

A sky filled with stars unnumbered,
And a smile on your face unencumbered.

I wish you only joy, never sorrow,
And always a feeling of comfort for the morrow.

Behold: shining like a beautiful sight,
stands the Atysmas tree to give us delight.

Look how the golden light falls
and refracts on the delicate balls.

"Happy Atysmas" softly sounds,
As a bright star begins it rounds.

It shines brightly from heaven's rent
Upon the world of Atys it is sent.

So it becomes an Atysmas request,
And also for the upcoming year,
I wish to you only the best.
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