Kun Mu-Can estuvo gritando en su cama de nuevo, con los ojos completamente abiertos bajo su máscara.
Sus padres se veían uno al otro buscando qué hacer. Por semanas el ha estado gritando de ese modo cada noche, atrapado en una pesadilla de la cual le cuesta despertar.
"Necesitamos llevarlo con un sanador, Lian-Suki, el está debilitándose y nosotros también por falta de sueño.
- Tienes razón, iremos en la mañana."

...

"Qi'lao-ito, éste es nuestro hijo, Kun Mu-Can. Desde hace semanas, ha estado teniendo una pesadilla que lo hace gritar durante la noche. Hemos intentado confortarlo y ayudarlo lo mejor que podemos, pero aún no puede dormir tranquilamente. Te suplicamos, por favor, ayúdanos.
- ¿Cuál es esa pesadilla, joven máscara?"
La voz de Kun Mu-Can vagamente rompe el silencio como si contarla lo aterrara profundamente.
"Yo estoy acompañado de un kami. Hablamos y caminamos, pero luego el kami comienza a decirme que Ma-Duk está mintiéndonos, que el es malo, que debemos alejarnos de el. Yo no lo entiendo y no quiero escucharlo más, así que intento correr, pero no puedo hacerlo, y de repente..."
Las lágrimas empiezan a correr sobre la máscara de Kun Mu-Can.
"De repente el kami está frente a mi, desgarrándose a si mismo con sus manos, y de su cuerpo emergen mandíbulas que vienen a devorarme."
El sanador miró fijamente a Kun Mu-Can, alterado por lo que acababa de oír.
"¡Debes ver a Tao-Sian inmediamente! ¡Ella sabrá que te hace tener tales pensamientos!"

...

La voz de Tao-Sian se eleva entre vapores de incienso, arropando al joven Kun Mu-Can y a su familia.
"Ahora, Kun Mu-Can, estás seguro y nadie puede hacerte daño. Mira dentro de ti mismo y dinos que problemas tienes. No tengas miedo; podrás ir a la raíz de tu dolor.
- Acabo de regresar de mi ceremonia de adopción. Soy un adulto ahora, y se me permite deambular sin decirle a mis padres."
Tao-Sian reprimió el inicio de la protesta de los padres de Kun Mu-Can con un rápido fruncido de ceño bajo su máscara.
La historia continuó con una voz monótona que no delataba ansiedad alguna.
"Estaba en el Nudo de la Demencia, y de repente un kami vino a mi. Me sentí honrado de que él se interesara en mi, me hizo un gesto para que lo siguiera, y yo obedecí. El me dijo que visitaríamos a un amigo. El placer era inmenso. Regresamos a la raíz y..."
Kun Mu-Can se detuvo abruptamente, sus ojos muy abiertos, cerca de salir de su trance.
Tao-Sian retomó su cántico gentil y suavemente, regresando al adolescente a un capullo de seguridad.
"No temas, nada puede dañarte, dinos qué ves.
- Una gran bestia, del color de goo, salta sobre mi. Escucho al kami decir que es su amigo. Y entonces despierto en el altar de Zora."
El silencio permaneció por largo rato después de haber finalizado la historia..

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