Karan Stevano terminó de leer la carta en voz alta y la lanzó sobre su escritorio.
"¿Qué significa?"
El Karin Aniro no se inmutó.
“La honesta comerciante en cuestión insultó y atacó a Filirae Ayala, una de la madres de las damas de compañía, en Fairhaven. Y ha cometido tantos otros crímenes contra las fuerzas del Reino que los guardias de la ciudad la reconocen de inmediato. “Si yo no hubiese estado tan ocupado con los asuntos de este cubo, le habría enviado una Líne para encargarme de ella por mi mismo”.
Aniro fue cuidadoso en no añadir que el intentó embestirla con su mektoub. No lo había logrado y no referir aquello parecía lo más adecuado en ese momento.
El Karan frunció el ceño.
“¿Estás seguro acerca de Filirae Ayala?"
“Sil. El embajador Nilstilar no tiene el monopolio de la información de Nueva Trykoth.”
Stevano tomó nuevamente la carta y la volvió a leer.
“¿El podría no estar al tanto de este incidente?”
Aniro reflexionó. El considera que el embajador fue un poco apresurado en defender los intereses de otras naciones, y en aquello el algunas veces se toma ciertas libertades con los líderes. Como cuando el estuvo en el Círculo Kami, predicando la paz más que realmente responder a sus preguntas. O como su actual infortunada defensa de una Tryker absolutamente indefendible. Pero el ha sabido dar una excelente imagen del Reino fuera de las fronteras, la cual no siempre ha sido el caso. El Karin replicó, seleccionando sus palabras cuidadosamente.
“¿El embajador? Probablemente no. Pero quizás el ha sido inducido a creer en un incidente aislado, o que la comerciante se había enmendado. No siempre es fácil distinguir la verdad de la mentira en las palabras de los Trykers.”
El Karan gruño.
“¡Precisamente espero que mis embajadores distingan lo falso de lo verdadero! ¡Y ciertamente no le corresponde decidir cuando su misión finaliza! ¡Rechazo su renuncia! Pero el tendrá que hacerlo mejor en el futuro. Y para comenzar, deseo una lista completa de los gremios Trykers y sus posturas hacia el Reino y una lista de los diez más fuertes oponentes del Reino en los Lagos, ¡espero que aquella comerciante se encuentre en ella! Es tiempo para que Ser Nilstilar se ponga al día. ¡¿Dónde está mi secretaria?!
Stevano puntualizó cada gesto con un gran golpe sobre el escritorio. La carta eventualmente salió disparada y cayó al piso. Y permaneció allí, olvidada.
"¿Qué significa?"
El Karin Aniro no se inmutó.
“La honesta comerciante en cuestión insultó y atacó a Filirae Ayala, una de la madres de las damas de compañía, en Fairhaven. Y ha cometido tantos otros crímenes contra las fuerzas del Reino que los guardias de la ciudad la reconocen de inmediato. “Si yo no hubiese estado tan ocupado con los asuntos de este cubo, le habría enviado una Líne para encargarme de ella por mi mismo”.
Aniro fue cuidadoso en no añadir que el intentó embestirla con su mektoub. No lo había logrado y no referir aquello parecía lo más adecuado en ese momento.
El Karan frunció el ceño.
“¿Estás seguro acerca de Filirae Ayala?"
“Sil. El embajador Nilstilar no tiene el monopolio de la información de Nueva Trykoth.”
Stevano tomó nuevamente la carta y la volvió a leer.
“¿El podría no estar al tanto de este incidente?”
Aniro reflexionó. El considera que el embajador fue un poco apresurado en defender los intereses de otras naciones, y en aquello el algunas veces se toma ciertas libertades con los líderes. Como cuando el estuvo en el Círculo Kami, predicando la paz más que realmente responder a sus preguntas. O como su actual infortunada defensa de una Tryker absolutamente indefendible. Pero el ha sabido dar una excelente imagen del Reino fuera de las fronteras, la cual no siempre ha sido el caso. El Karin replicó, seleccionando sus palabras cuidadosamente.
“¿El embajador? Probablemente no. Pero quizás el ha sido inducido a creer en un incidente aislado, o que la comerciante se había enmendado. No siempre es fácil distinguir la verdad de la mentira en las palabras de los Trykers.”
El Karan gruño.
“¡Precisamente espero que mis embajadores distingan lo falso de lo verdadero! ¡Y ciertamente no le corresponde decidir cuando su misión finaliza! ¡Rechazo su renuncia! Pero el tendrá que hacerlo mejor en el futuro. Y para comenzar, deseo una lista completa de los gremios Trykers y sus posturas hacia el Reino y una lista de los diez más fuertes oponentes del Reino en los Lagos, ¡espero que aquella comerciante se encuentre en ella! Es tiempo para que Ser Nilstilar se ponga al día. ¡¿Dónde está mi secretaria?!
Stevano puntualizó cada gesto con un gran golpe sobre el escritorio. La carta eventualmente salió disparada y cayó al piso. Y permaneció allí, olvidada.