En poder de los Bolobis

8am - Dua, Cosechadora 20, 4 AC 2626 (HRP: 4 Enero 2024, 12am)

Tras una noche cualquiera en el bar Fairhaven, Lorlyn decidió volver a preparar su Byrh con su Bolobis favorito en las profundidades de la Loria. Como ya no era una Kamist y no podía teletransportarse allí directamente, la Trykette se abrió paso entre los Kitins y los Cutes con un Byrh en la mano. Aunque era conocida por su legendario "sigilo", cuando se trataba de evitar a los "repugnantes carnívoros", no lo hacía tan mal. Eso, si no se cruzaba con ningún animal "demasiado mono" por el camino.
"¡Lordoy los pequeños Wonbais!", gritó, agitando los brazos hacia los herbívoros.
Estaban acostumbrados a su presencia un tanto intrusa y no se inmutaron. La Trykette quiso detenerse y tomarse el tiempo necesario para saludarles como es debido, pero unos pasos rápidos llamaron su atención: ¡Kitins! La mercader, convencida de que había sido lo más discreta posible, echó a correr, intentando averiguar cómo la habían descubierto. A pesar de sus cortas piernas, la Tryker corrió muy rápido y acabó dejando atrás a sus atacantes. Se felicitó por sus dotes atléticas y saltó feliz hacia el campamento bolobi.

Nada más llegar, muchos pares de piernas larguísimas se precipitaron hacia ella, soltando largas notas melodiosas que Lorlyn reconoció fácilmente como las voces de sus pequeños bolobis. Supo inmediatamente por el sonido que pedían... ¡Byrh! La comerciante se detuvo en seco. Acababa de darse cuenta de algo terrible: los bolobis habían acabado con su gigantesco suministro de Byrh, que contenía meses de trabajo... La Trykette, presa del pánico al no quedarle ni una gota de su maravillosa bebida, empezó a agitarse en todas direcciones entre sus amigos. Pero la cosa no quedó ahí. Las criaturas anaranjadas, al ver el repentino pánico de su dispensador de Byrh, comprendieron inmediatamente la situación y empezaron a moverse de una forma que Lorlyn nunca les había visto antes. Entonces, con los ojos muy abiertos, se dio cuenta: ¡la estaban rodeando! La criadora levantó la cabeza -para ver algo más que sus patas- y se encontró con la furiosa mirada de los Bolobis. Súbitamente asustada por el aura oscura que los envolvía, la pequeña Trykette no reconoció a sus amigos. Temblando, murmuró: "Tú... quieres un poco de Byrh, ¿no?
Ante sus gritos amenazadores, Lorlyn se puso de rodillas y comenzó a llorar.
- Pero yo... ¡Ya no tengo más! Te lo has... bebido todo... ".
El bolobis le dirigió una mirada que la hizo sentirse culpable. Era muy consciente de que hacía tiempo que no volvía por aquí, pero había una reserva tan grande de Byrh que era impensable que se quedara vacía en tan poco tiempo. Al cabo de unos instantes, Lorlyn se recompuso y anunció:
"¡Tengo una idea! Iré a comprar un poco de Byrh en Fairhaven, ¡así tendrás algo para beber mientras yo preparo un poco más de la mía!".
Por desgracia, los herbívoros no parecían apreciar la idea de beber algo que no fuera suyo. Esto quedó muy claro cuando unos cuantos chocaron contra ella, haciendo volar su mochila y estrellándola contra el serrín. Lorlyn corrió hacia la bolsa presa del pánico y se sintió aliviada al comprobar que no se había roto nada. Pero había un problema. Sus pactos muy ligeros se habían desvanecido en el aire. Era imposible teletransportarse, ¡y mucho menos a Fairhaven! Observó cómo los bolobis mordisqueaban provocativamente los que aún no habían sido enterrados bajo el serrín. Desesperada, Lorlyn se dio cuenta de que sus amigos no la dejarían marchar hasta que tuvieran una buena provisión de bebida digna de tal nombre.

Y así empezaron meses y meses de trabajo interminable...