EVENTOS


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#1 Multilingüe 

Multilingüe | Deutsch | English | Français | [Español]
¡La noche se hace más oscura!
Los días son más cortos, las noches son más largas, oscuras, ruidosas, tranquilas.

       ¡Pssh! .... ¿Has oído eso? ¡La noche susurra!

       ¡Allí! .......... ¿Has visto eso? ¡Era más negro que la noche más oscura!


       ¡Ahhhh! ..... ¿Has sentido eso? Era muy frio, ¡Más frio que el invierno!

¡Algo se acerca!

Editado 4 veces | Última edición por Tamarea (9 años hace)

#2 Multilingüe 

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Tiempo para historias

¿Ya has oído hablar del pequeño Dartie? ¡Una pequeña y hermosa niña! Y adora cuando las noches son más largas. Su abuela prepara un agradable fuego en el salón y cuando Dartie lo pide de manera especialmente amable, su abuelo cuenta historias. Dartie podría escuchar durante horas. Cuentos de hadas sobre heroicos Trykers, sobre preciosas Damas Matis, cobre Yubos bonitos. Dartie ama a los Yubo con especial cariño. Dice que son muy bonitos y adorables. Incluso tiene un Yubo como mascota. Lo alimenta cada mañana y tarde y se acurruca con el por las noches. Y es por eso que ama las historias de su abuelo sobre los Yubos. Excepto la leyenda del Yubo Fantasma. Pero no debería escucharla, todavía es muy joven para eso. Su abuelo se la contó a sus hermanos más mayores. El último año. Dartie cree que fue durante Agin wins. ¿O era Anlo winns? No importa. Después de que Dartie la escuchase a escondidas, tubo un un mal sueño. 

Dartie se acurruca con su Yubo en sus brazos sobre su cama y chupa satisfecha su pulgar, el fuego crepita en la chimenea y arde con suavidad. Las sombras descendían sobre la cama de la pequeña chica. ¿Pero qué es eso? El rincón más oscuro de la habitación es de repente más oscuro que cualquier sombra. Y la oscuridad se expande, flotando sobre todas las esquinas y subiendo las paredes, debajo de la cama de Dartie, se encarama sobre el pilar de la cama. El fuego se apaga. Una última brasa alumbra la cara de la chica. Su respiración es un brillo blanquecino. ¡Frío!

¡Ay! Es tan triste. Dicen que Dartie expiró su semilla mientras dormía, en paz, dicen que estaba enferma. Es extraño, que su Yubo faltase desde entonces. 

¿Ya has oido hablar de la pequeña Dartie? Era una niña tan bonita, ¡Tan guapa!
 
[OOC]
Pronto habrá una hoguera al anochecer con la oportunidad de contar historias. Aquellos que no puedan acudir, quizá quieran entregar sus historia con anterioridad a un amigo o enviarla al Equipo de Eventos a través de un 
correo electrónico a events@ryzom.com. Su historia será contada por un cuenta cuentos. 

Ah: ¡No se olvide de comprar Nubes!
[/OOC]

#3 Multilingüe 

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[OOC] Official announcement [/OOC]

Editado 2 veces | Última edición por Chronicles Of Atys (9 años hace)

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Gaueko
Communications Manager Assistant - Translation Team Manager, Lore Team Member - ES/EN


gaueko@ryzom.com

#4 Multilingüe 

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Cuento de Naton Lydos

Regalo de los duendecillos

Caura Aepan y Anido Antoni viajaban juntos para responder a una de las necesidades de los clientes que tenían en común. Solían trabajar juntos a menudo, él hacía joyas en un estilo mezcla Matis-Tryker, y ella hacía ropa al más puro estilo Matis. 

Como vivían en la tribu Matisagoo, fueron a Cabaña del Hereje, pero se perdieron.

Errantes y aterrorizados por en el Laberinto del Duende, fueron sorprendidos por la noche. Resollando de escapar de los depredadores, asustados de los sonidos a su alrededor, escucharon una música hermosa con una ritmo vivaz, con una canción suave y melódica como acompañamiento. Juntos decidieron acercarse hacia la música y llegaron al medio de una arboleda, cerca de un pequeño estanque, donde vieron algunos cutes bailando y cantando en corro. En el medio había una figura encorvada e inmóvil.  

Llamado por la curiosidad, Caura se acercó para poder tener una mejor vista, y Antoni le siguió de cerca. Lo que pensaban que eran cutes no lo eran. Más delgados, y más gráciles, vestían ropas coloridas de corte audaz, pero aún así preciosas. Los ropajes eran realzados con joyas que serían la envidia de cualquier artesano de joyas. 

Asombrada por las ropas de estos seres diminutos, Antino se acercó más para verlas. La figura del centro del círculo era un homin  muy viejo que parecía no tener edad, con una brillante barba blanca reposando en su pecho. 

Les hizo gestos para que se acercaran, y el círculo se abrió para darles paso. 

Los dos artesanos caminaron tímidos hacia el círculo que se cerró a su paso. Sin entender una palabra de lo que se dijo, empezaron a bailar con los demás, movidos por un deseo sobre el cual no podían luchar. 

De repente, la música, los bailes y los cantos cesaron. Los dos amigos estaban exhaustos y se derrumbaron en el suelo. El viejo homin se acercó a ellos sacando un cuchillo de su cinturón. Caminó hacia Antoni mostrando determinación en el rostro y le rapó la cabeza. 

Cuando llegó la hora de marcharse, el viejo homin les enseñó un montón de hojas podridas e interpretaron según sus gestos que quería que cogiesen algunas. Lo hicieron sin quejarse para no ofender a su anfitrión.

Cuando encontraron un sitio para dormir, descansaron. A la mañana siguiente, encontraron su bolsillos más pesados y se dieron cuenta que las hojas se habían convertido en daperios durante la noche. ¡Eran homins ricos ahora! Además recordaron las técnicas para diseñar las cosas maravillosas que habían visto. Se convertirían en grandes artesanos ¡Conocidos en todo Atys!

Antino vio todos sus sueños al alcance de la mano. Respondería favorablemente al joven mercader que había empezado a cortejarla, sin el riesgo de parecer muy ambiciosa, y se convertiría en una de las mejores artesanas en Yrkanis, quizá artesana de la corte.

Caura podría pagar sus deudas y viviría con la madre de sus hijos, que había pedido esto como requisito previo, ¡Y les aseguraría una vida agradable! De toda maneras, quería más. Per Antoni consiguió convencerle de que una broma de los Duendecillos podría ser peligrosa, y que no deberían tentar a la suerte, habiendo ganado por una vez.  

Caura era un pequeño músico y recordaba bastante bien las melodías. Me contó esta historia y me enseño una de las canciones de los Duendecillos, escuchad:

/em coge una flauta y toca: ♪♫♫♫♪♫♪♫

Editado 2 veces | Última edición por Chronicles Of Atys (9 años hace)

#5 Multilingüe 

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Cuento de Kaliss

¡Ésta es una historia verdadera, lo juro!

Un día, una pandilla de amigos decidieron organizar un grupo de poderosos guerreros: "La Lune Eternelle" (La Luna Eterna).

Después, ya que había muchas nuevas personas en el grupo, decidieron viajar al Bosque Almati el día de Anlor Winn. Luego de una larga caminata, encontraron un un campamento con un rótulo. Decía "Pueblo Fantasma". Aunque dudarón un poco  antes de hacerlo, entraron. Tras algunos minutos, encontraron un establo y decidieron pasar allí la noche. Después de comer carne de bodoc, tuvieron la necesidad de contarse historias de terror.Tras 2 o 3 relatos una armadura Merodeadora sin cabeza emergió de repente del suelo, llevando un hacha Tekorn. Los mienbros de "La Lune Éternelle" se pusieron de pie con intencion de defenderse.

Peleando tan rápido como llevando una daga, el merodeador descabezado se avalanzo hacia Dipsie que hizo una super-finta homin. Artran invocó un hechizo aturdidor sobre el Merodeador seguido por Xylog que invocó un onda de choque que hizo que el merodeador cayera. Dipsie se acercó con su auto-lanzador y disparó 3 veces en su dirección. Aún así, el merodeador se las ingenió para levantarse. Entonces, la puerta del establo se abrio y una figura apareció.

Era difícil ver debido a la oscuridad. El misterioso personaje se movió tres pasos hacia adelante, entonces,los de "La Lune Éternelle" se alegron de que esta persona se uniese: ¡NIZYROS! ¡Líder de "La Lune Éternelle"! Se movió hacia adelante lentamente, cabeza en alto y dijo: "Nunca debiste atacar a mis amigos". Retrocedió un par de metros y de repente  gritó tan estruendosamente que Tenwo corrió de vuelta al campamento Ranger. Rápidamente Nyziros sacó un lanza vedice y la clavó en el pecho del Merodeador sin cabeza. Cayó en un solo golpe, y pudimos ver un velo que voló y desapareció en el techo del establo.

Editado 5 veces | Última edición por Chronicles Of Atys (9 años hace)

#6 Multilingüe 

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Cuento de Anesia

Érase una vez un planeta donde vivían cuatro pueblos con diferentes construcciones, termperamentos y tradiciones. Para ser más precisos, no vivían en la parte mineral del planeta sino en la vegetal, así que la flora era importante allí, formando continentes. Los cuatro pueblos se componía de algunos seres pequeños, otros bronceados, pálidos y uno azules grandes. Habrás comprendido en este punto de la historia que se trata por supuesto de nosotros y nuestra hermosa corteza. Estos cuatro pueblos nunca paraban de hacer la guerra. De manera constante, siempre con conflictos, siempre tumultos entre los pueblos, entre los credos, y entre los del mismo pueblo y credo. Cualquier pretexto era bueno para coger las armas y tratar de demostrar quién sería el "más fuerte"... Y para esto, todos estaban siempre prepárandose, para armarse a sí mismos siempre con más armas, más armaduras. Esta búsqueda frenética e irracional por el poder y la dominación sin sentido les condujo de manera lenta pero segura a agotar todos los recursos del planeta. Todos esos esfuerzos para destrozarse mutuamente en detrimento del planeta en vez de ayudarse mutuamente, o trabajar codo con codo para hacer prosperar a todos... los cuatro pueblos dividos por tantas guerras trajo al final la única cosa que los unía:

Una batalla final que definiría de una vez por todas quién dominaría a los demás. 

Todos unidos en el mismo y único campo de batalla. Y el combate que siguió en ese funesto dia de Anlor Winn vio derramarse una cantidad increíble de savia. Tantas vidas tomadas, traídas de vuelta por los poderes solo para sucumbir de nuevo. No hubo en todo el día descanso para todos aquellos que estaban tan hambrientos de poder. La Corteza ya no estaba cubierta de aserrín sino con armaduras, savia y miembros hechos añicos machacados por toda esta ferocidad. Fue por la noche cuando todos se detuvieron de pronto, invadidos por el terror: ¡La Corteza acaba de temblar con un rugido monstruoso! Ardientes picas se levantaron alrededor del campo de batalla, atrapando a todo el mundo, Picas encendidas se alzen alrededor del campo de batalla, atrapando la totalidad de los pueblos, apartando y aislando los poderes de sus sitio para siempre. Algunos trataron de escapar pero no había salida. Las picas eran muy altas para trepar en ellas y el fuego se expandia rápidamente además los gases venenosos que se propagaban rápidamente hacia el cielo, cubriéndo las estrellas y su luz. Los pueblos herían tanto a la  Corteza, que la consumían al mismo tiempo que se consumian a sí mismos... Todos se axfisiaron en el mejor de los casos y se quemaron vivos en el peor. La purificacion del fuego terminó tras varias lunas fuegos dispares. Todos volvieron a ser polvo en medio del aserrín quemado. La Corteza les habíia ofrecido vida y tenía que reclamarla debidoal al mal uso que estaban haciendo de ella. Había sido su hogar. Se convirtió en su tumba...

¿Un simple cuento o una premonición macabra? Algo para ser meditado en todo caso... frente a un buen fuego por supuesto.

Editado 3 veces | Última edición por Chronicles Of Atys (9 años hace)

#7 Multilingüe 

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Conte par Krill

Krill lève les yeux vers le ciel.
Krill fait une drôle de grimace et baisse la tête.
Krill ouvre une bouteille de bière et prend une gorgée avant de se lancer.

« C’était il y alongtemps. Très longtemps. Bien avant le Premier Essaim. Ça se passait dans l’ancien Empire des Fyros. Enfin, plus ou moins dans l’ancien Empire. En tous cas, dans un coin désertique. Après, savoir qui prétendait commander à cet endroit… Les dunes s’en fichaient probablement comme de la dernière pluie. »

Krill réfléchit à ça.

« Mmmh… C’est peut-être pas très adapté comme expression, là… Peu importe… »

Krill boit un coup et reprend.

« C’était donc il y a très longtemps, dans un coin bien désertique des Anciennes Terres. Il y avait un brave Fyros pas très futé… Mais bien gentil quand même.
Il ne fréquentait pas trop les autres Fyros, mais il allait de temps en temps dans l’oasis la plus proche de chez lui pour y acheter quelques bricoles.
Le reste du temps, il le passait dans les dunes, tout seul, à écouter le bruit du vent, ou à compter les bouts de sciure peut-être.
Y n’en sais rien en fait. Et c’est pas vraiment important pour l’histoire. »

Krill reboit une gorgée.

« Ce qui compte, c’est qu’il ne s’intéressait pas trop à ce que disaient les autres homins. Alors quand il est reparti de l’oasis, cette fois-là, il n’a pas fait attention à ceux qui lui conseillaient de ne pas rester dehors.
Le vent ? Quel vent ? Il avait l’habitude du vent. »

Krill relève les yeux brièvement vers le ciel.

« Cette nuit-là, effectivement, ça souffla plutôt pas mal dans le désert.
Mais le Fyros en avait vu d’autres. Il s’abrita dans son manteau, se cala comme il faut dans le creux d’une dune, et attendit que ça passe.
Au matin, le vent était toujours là, mais il avait faibli, et le Fyros se rendit compte qu’il y avait un yubo pas très loin.
Il n’avait pas l’air très vaillant, ce yubo.
On pourrait même dire qu’il était sacrément mal en point.
Quand le Fyros s’approcha de lui, c’est tout juste s’il bougea une oreille.
Tout le reste du corps, les pattes avant, les pattes arrière… Tout ça, ça avait l’air comme racorni.
Le Fyros donna un peu d’eau à boire au yubo en lui parlant doucement.
Eh oui, les Fyros, ça peut être doux des fois.
Enfin, il paraît…
Faut pas qu’il y ait du monde qui puisse les voir, probablement… »

Krill finit sa bouteille de bière et la range dans son sac.

« Le yubo but l’eau, et le Fyros décida de s’occuper de lui.
Il lui trouva un coin abrité, à boire, à manger…
Mine de rien, ça fait du boulot de trouver à boire et à manger pour un yubo malade au milieu du désert. Mais le Fyros connaissait bien le coin.
Et petit à petit, le yubo commença d’aller mieux.
Bon, il avait bien toujours l’arrière-train tout racorni, mais il réussissait à avancer sur ses pattes avant.
Et le Fyros était tellement content de le voir, qu’il ne faisait pas attention aux courbatures et aux douleurs dans ses épaules. »

Krill jette un regard noir vers le ciel et prend une nouvelle bouteille de bière dans son sac.

« A force de vadrouiller partout, de tirer de l’eau des shookis… de l’eau ou d’autre chose, oy… Bref, de se démener pour son petit yubo, le Fyros commençait à se sentir vraiment fatigué.

Mais il continuait, parce que chaque jour qui passait, le yubo semblait aller mieux. Il était de moins en moins racorni. Et de plus en plus affectueux.
Si ses pattes arrières le lui avait permis, il aurait probablement sauté au visage du brave Fyros pour le couvrir de léchouilles affectueuses.
Mais pour l’instant, il ne pouvait pas.
Alors il se contentait de tituber et d’essayer de lui grignoter les bottes.
Et ça faisait rire le Fyros, qui n’avait pas l’habitude que quelqu’un lui tourne autour comme ça. »

Krill soupire et boit une bonne rasade, sans regarder le ciel cette fois.

« Le Fyros riait, et il en oubliait qu’il avait mal partout. Et qu’il avait de plus en plus de mal à se déplacer, à trouver à boire et à manger pour son petit compagnon. Sans parler de lui-même.
Mais maintenant, plus il riait, et plus ça le faisait tousser. D’une pauvre toux creuse et sèche.
Un soir, il revint là où il avait laissé son yubo et ne le trouva pas.
Il était épuisé, mais il ne pouvait pas laisser son compagnon seul dans le désert.
Il partit à sa recherche, sous la lune et les étoiles.
Il marcha, marcha, marcha…
Il se sentait faible.
Il se sentait vide.
Il se sentait…
Le vent se mit à souffler, comme il n’avait pas soufflé depuis des jours.
Et le Fyros bascula au sol, trop faible pour bouger.
Recroquevillé sur lui-même.
Racorni.
Alors le yubo lui sauta au visage, et lui arracha les yeux.
Et puis il le démembra avec une telle violence que la tête fut projetée loin, loin, loin, tout là-haut dans le ciel.
Et depuis, quand Anlor Winn souffle, parfois, on voit la tête toute racornie du Fyros, à qui il manque les yeux, là haut, au milieu des étoiles… »

Krill vide toute sa bière d’un coup.

« Y n’aime pas les histoires des Fyros, y préfère celles des Trykers… »

Krill range sa bouteille vide et retourne à sa place.

Krill regarde tous les homins sans tête présents ce soir, et se pose soudain des questions.
 

Última edición por Chronicles Of Atys (9 años hace)

#8 Multilingüe 

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Cuento de Drakfot

La Pintura Absurda

Una vez al año hay un tiempo llamado Anlor Winn en Atys. Este es un tiempo donde las tierras están mezcladas con una extraña moda de alegría, risas y sonrisas. Pero también hay una noción de miedo que subyace, las tierras parecen más inquietas de lo normal. Ha habido rumores de Kitins evitando ciertas partes de las tierras por, a falta de mejor definición, miedo. Pero eso son sólo rumores, o por lo menos hasta donde sabemos. Pero una de las más extrañas propiedades de un rumor es que puede no ser nada, o puede ser verdad. Lo que estoy a punto de contar es una historia que encontré en un viejo libro durante uno de mis viajes a través de Colinas Verdes. El libro en sí mismo era bastante viejo, pero no tenía ninguna referencia sobre cuándo ocurrió esta historia.

Y en cuanto a si es un rumor o la verdad, les dejaré escoger. 

Queridos Homins, ¿Habéis oído hablar alguna vez de la Pintura Absurda?

Todo empezó el día antes a Anlor Winn, cuando los Homins estaban en medio de los preparativos para la celebración que estaba por llegar. Todos estaban entusiasmados para crear el ambiente más escalofriante al rededor de sus casas, algunos hacían armaduras que parecían varios Kitin con la esperanza de asustar a sus amigos. Todo para disfrutar de la buena risa y para estimular su imaginación. 

Antionni Valini paseaba por una calle bulliciosa llena de vendedores, los de siempre y nuevos, que esperaban vender tantas cosas de Anlor Winn como pudieran. Con él tenía a dos niños, Nonne y Nirni - su hija y su hijo - además de Valena, su querida esposa. Todos compartían el espíritu de Anlor Winn sabiendo que era un tiempo de júbilo y recuerdo. Salieron todos a comprar varios objetos necesarios para la celebración. 
Caminaron entre los diferentes vendedores mirando toda la variedad de objetos disponibles, comprando alguna que otra cosa aquí y allá.

Pero en cuanto estaban a punto de dejar el mercado les llamó la atención un extraño Homin que decía ser un pintor que quería vender su más preciadas pinturas. Todos se miraron uno al otro con escepticismo al principio, pero en seguida les tranquilizó con lo que sería una magnifica incorporación a su salón y una vez  lo hubo enseñado quedaron convencidos casi al instante. 
El cuadro era de un hermoso paisaje que parecía no muy lejano a las Cascadas Virginia. Parecía tan tranquilizador y relajante que todos coincidieron que quedaría perfecto encima de la chimenea del salón. 

Así que lo compraron y lo trajeron a casa. Y como les había dicho el vendedor estaba hecho para ser colocado sobre la chimenea ya que hacía que toda la habitación pareciera relajante. Todos se sentían en calma cuando entraban en el salón. Entonces comenzaron a hacer los preparativos de la fiesta. Había que hornear pan de Stinga, pintar un Cuttler que diera miedo en un lateral de la casa, etc. Había muchas cosas por hacer así que el día pasó con rapidez, y pronto se encontraban sentados en el salón con tazas de té de Stinga admirando la pintura. Pronto les llegó la hora de irse a dormir así que cada uno se fue a su dormitorio, todos contentos con el trabajo hecho y deseosos de que llegará el día para los preparativos finales. 

Unas horas más tarde Antionni fue despertado por su mujer, quien había escuchado un extraño ruido que venía del salón escaleras abajo, preguntando si podría haber sido parte de la decoración que se había descolgado. Con ojos cansados bajó las escaleras y hecho un rápido vistazo al salón y se dio la vuelta para volver a las escaleras. Le aseguró que todo estaba en orden y pronto estaban dormidos de nuevo. 
Si sólo hubiera mirado más detenidamente detrás de sí mismo, las cosas hubieran sido diferentes. 

La mañana vino y todos se despertaron más tarde de lo habitual, pero no era de extrañar dado que todos habían trabajado duro el día anterior. 
Mientras se reunían alrededor de la mesa de la cocina no hubo respuesta de Nirni cuando le llamaron y al mirar en su habitación la encontraron vacía, con la cama hecha - lo que era raro. Quizás se había levantado temprano y había salido a ver a sus amigos, algo nada extraño para él durante los fines de semana, así que nadie le dio más importancia. No más que guardarle algunas rodajas de pan para cuando regresara. Dado que era el día de Anlor Winn todavía había más preparaciones que hacer para la tarde, así que comenzaron a trabajar en ello y el tiempo voló hasta que la tarde se les echó encima.  Y todavía no había ninguna noticia de Nirni, lo que era raro, así que se empezaron a preocupar un poco a cerca de su paradero. 

De repente Antionni y Valena escucharon a su hija gritar desde el salón y lo dos se apresuraron a entrar y la vieron señalando la pintura. 

"E... Es... Está ahí..." dijo con voz aterrorizada todavía señalando. 

"¿A qué te refieres? ¿En la chimenea?" preguntó Antionni un poco confuso. 

"No. En la chimenea no, en la pintura." dijo Nonne con voz temblorosa. 

Al tiempo que Antionni caminaba hacia ella mirando el cuadro no pudo creer lo que vieron sus ojos. La pintura había cambiado de la imagen de las Cascadas Virginia a... ¡Su salón! ¡Y Nirni estaba sentada en el sofá!

"¿Qué...?" Fueron las únicas palabras que pudo musitar mientras miraba a la pintura cambiada. 

De repente escucharon un portazo en la segunda planta y todos se dirigieron hacia allí, pero la única puerta cerrada era la del cuarto de Nirni. Y mientras la abrían todo parecía estar como antes, pero ahora la cama estaba revuelta. 

"¿Qué está pasando aquí?" preguntó Valena a Antionni. "No lo sé, ¿Es quizás una broma pesada de nuestro hijo? "contestó. "De ser así, debo decir que es de mal gusto" repuso Valena. 

"Mami, tengo miedo" dijo Nonne y Valena trató de calmarla. "Vayamos fuera y ver si podemos encontrar a tu hermano y aclarar este embrollo" dijo con la voz más calmada posible. 

"Vosotras dos mirar afuera, y poned algunas luces en el porche mientras estéis en él. Buscaré al bribón dentro." Dijo Antionni y empezó a deambular entre las habitaciones de la segunda planta tan pronto como dejaron la casa. No pasó mucho tiempo hasta que escuchó a su mujer gritando y se apresuró escaleras abajo para encontrase con ella en la puerta, cubierta de manchas de sangre. 

"Se... se... ¡SE HA LLEVADO A NUESTRA HIJA!" Gritó cogiendo su mano y empujándole fuera. "¿Qué? ¿Qué se ha llevado a nuestra hija? ¿A qué te refieres?" preguntó él. 

"ESO" dijo y señaló al Cuttler que habían pitando en la casa con anterioridad. Por un momento Antionni pensó que toda la familia estaba compinchada con la broma, pero al mirar detenidamente al Cuttler vio que también tenía manchas de sangre. Y entre sus dientes colgaba una trapo de verdad atrapado entre los tablones, y era la misma tela de la que estaba hecho el vestido de Nonne.

"¿Qué es esto por Jena?" se dijo Antionni murmurando antes de que el siguiente grito llegase a él. Era de nuevo su mujer, esta vez desde dentro de la casa. No había notado que ella hubiera desaparecido y corrió dentro de nuevo, para verla arañar la pintura mientras se desvanecía. Gritó y trató de agarrarla pero sus manos la atravesaron como si estuviera hecha de aire. Y de esa manera desapareció, no estaba en ninguna parte de la habitación. 

"¿Me estoy volviendo loco? ¿Qué es esto?" Pensó Antionni mientras miraba el cuadro. Valena lo había logrado rasgar un poco, pero todavía parecía bastante entero. No fue hasta que Antionni levantó una parte del lienzo de la pintura cerca de la parte donde estaba Nirni estaba sentado que pudo ver por qué su mujer había gritado, Nonne estaba ahora sentado junto a Nirni. 

"Pero cómo.., ¿Por qué? ¿Quién? ¿Qué?" Las preguntas comenzaron a arremolinarse en su mente. ¿Era esto todavía una broma? ¿O era real? Entonces recordó al vendedor que le vendió la pintura y pensó que quizás podría darle algunas respuestas a lo que estaba sucediendo. Por suerte estaría en algún lugar cerca del mercado. 

Antionni fue a abrir la puerta pero no se movía, no importaba cuanta fuerza aplicase, no se movía ni un centímetro. Ni una fuerte patada la convencería de moverse. Ni siquiera el cristal de las ventanas parecía ceder a sus puñetazos y golpes. Era como si la casa de repente no le dejase salir. La fatiga alcanzó su mente al fin y volvió al salón, solo para ver que ¡La pintura estaba entera de nuevo!.
¡Y detrás de sus hijos estaba Valena! ¿Habían desaparecido todos para aparecer en la pintura?
¿Era esto una broma pesada? No lo sabía. Todos los pensamientos se arremolinaban en su cabeza mientras se sentaba en el sofá contemplando la pintura. Luego todo se volvió oscuro. 

Unos días después algunos amigos de la familia tocaron a la puerta ya que estaban preocupados por ellos. No les habían visto durante Anlor Winn, ni en los días posteriores. Así que decidieron comprobarlo. Al tercer golpe la puerta se abrió y pudieron mirar dentro. Gritaron sus nombres sin obtener respuesta, así que entraron para investigar. Todo estaba en orden, nada había sido tocado. Parecía que nadie había estado en la casa en los últimos días. Se preguntaban por qué se habían ido, ¿Quizás habían ido a visitar a algunos amigos lejanos y habían olvidado mencionarlo?

Lo que no notaron fue que faltaba algo en la casa; el cuadro encima de la chimenea en el salón. 

Esta es la historia de la Pintura Absurda. 
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